Dicen que una sonrisa cuesta menos que la electricidad pero da más luz
y aunque en estos tiempos cueste ver las caras de los demás debido a
la mascarilla, no es excusa para descuidar nuestra dentadura. La clave
de unos dientes bonitos empieza con unos dientes sanos y para asegurar
nuestra salud dental y la de nuestra familia, lo más recomendable es contar con la opinión de un profesional experto en seguros, que nos oriente
sobre las mejores opciones.

Al igual que otros seguros médicos, el seguro dental nos ofrece la garantía de ser atendidos en casos de urgencia sin tener que pasar por una lista de espera, pero también nos cubre ante otros supuestos que la Seguridad Social no contempla, como el tratamiento de caries, implantes y ortodoncias. A la hora de contratar un seguro para proteger nuestra
dentadura, es muy importante tener en cuenta los servicios que vamos a
necesitar, para no pagar de más pero tampoco quedarnos cortos. También
hay que valorar otros aspectos, como los profesionales que nos atenderán,
los centros a los que podemos acudir y los medios técnicos con los que
cuentan.

La gran mayoría de los seguros dentales incluyen tratamientos preventivos, es decir, revisiones, limpiezas de boca y empastes, pero también tienen en cuenta las pruebas de diagnóstico y las cirugías y extracciones (incluidas las muelas del juicio), así como las revisiones posteriores a una intervención.

Otros servicios que deberíamos considerar en el caso de los niños, y a veces no tan niños, son las ortodoncias y otros tratamientos de corrección de
los dientes, ya que pueden alcanzar un precio bastante elevado. El seguro suele cubrir la consulta y el estudio previo de cada caso, así como las
radiografías, el protector bucal y los brackets y demás accesorios. En el
caso de necesitar una prótesis dental o un implante, tu seguro también
correría con los gastos, así como los costes derivados del mantenimiento.

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